lunes, 23 de noviembre de 2009

Llegué al limbo tras mi muerte...

Llegué al limbo tras mi muerte y no ví nada...
sólo un coro de Ángeles ociosos e indolentes
que jugaban con las plumas de sus alas y
entonces pregunté "dónde está Dios" mientras
miraba desde mi atalaya para el lado de la vida
y yo seguía viendo hombres ciegos y obstinados
el mismo hombre que hoy era bueno,tambien malo
perdidos todos en el caos del Universo...
Grité fuerte que se oyera si está el trono vacío
si no hay Dios que gobierne sobre la tierra y
sólo un Ángel inocente,el menor de sus hermanos
me dijo con cara de pena,sín mover los labios:
Hace tiempo que Dios se fue y abandonó la tierra
se le oyó gritar en el fondo de los siglos,
renegar de sus hijos y su obra,un Dios abatido
y derrotado:"sólo yo existo en la mente de
algunos hombres ingenuos que quieren creer
que yo soy el pan de la vida y la redención,
el perdón de sus pecados,la vida eterna,qué fracaso...
Yo junté del caos de las estrellas y el polvo
una masa informe de barro y dí un soplo de luz
y de esperanza en el albor de los tiempos...
Luego ví que ya era tarde pues os hice humanos,
vino el hambre y la guerra,la codicia rastrera
y el odio de los hombres se extendió sobre la tierra,
entonces yo sentí vergüenza,¡qué Dios soy yo
que no pude o no quise crear Ángeles sobre la tierra..."
Pero,entonces,Ángel triste tú le viste...
Bueno en realidad yo no ví nada sólo yo
estaba con los ojos cerrados y oí una voz,
una voz que gritaba...
Pero qué voz,dónde estaba...
Era una voz como un eco,se oía en las galaxias
pero yo no sé decir si fué o no fué nada...