Mi querida hermana Teresa
cuanto te quiero...
Mi lectora más fiel
mi buena posadera
cuando cada día
voy a comer a tú casa...
¡Qué bien cocinas,Teresa!,
mi hermana del alma.
Como corre,el tiempo pasa
y me acuerdo de tí
en las tardes perdidas
de veranos pasados:
tú y yo siempre juntos
abrazados como hermanos
las tardes contigo perdidas
en una ciudad olvidada...
Cuantos recuerdos,Teresa
en el puesto de las golosinas
cuando salíamos de casa
a horas intempestivas,
solas las calles,vacías y
el valle en lontananza:
el valle Amblés callado
desde el paseo del Rastro.
¡Qué recuerdos,Teresa!
en las tardes de verano...