viernes, 16 de septiembre de 2011

Madre...

Un
 ángel de alas blancas madre
robó el alma de tu cuerpo
ciñéndole con premura y
 al Edén que tú querías
 en goce de amor supremo
ya dejó en buenas manos...
Aquí queda mi ser solo
dando vida en mi memoria
de tí el dulce recuerdo
útero que me dio vida
en alcoba dolorida
y suspiros de descanso...
Tu cuerpo triste despojo
de esta terrenal vida
quedó bajo piedra fría
a la sombra de cipreses
y se selló el camposanto
mas tu alma allí no estaba...
Miro al cielo cada día
por ver si tú sigues viva
y el arcoiris celeste
se mezcla con tu sonrisa
en gasas de color malva
cuando  el día se adormece...