martes, 1 de diciembre de 2009

Regreso...


Por prados y vaquerías
se va incendiando la tarde
yo regreso de las cumbres
cansado aunque a buen paso,
ajeno al mundo,en silencio,
mirando para el paisaje,
los neveros en las cimas y las
sombras en los prados.
Según va cayendo la tarde
mi alma rebosa de pena
y en las laderas agrestes
de verde pasto y regatos
los erales me miran
con ojos de niño malo.
Me gusta la paz de los campos
en el declinar de la tarde
hay un silencio místico
y rumor de manantiales...
Regreso de hollar las cumbres
neveros fríos y azules,
los buitres sobrevolando
a gran altura y en círculos,
ya han olido la carne
de alguna res moribunda
en la escarpada umbría...
Diós parece más cerca
entre riscos y montañas
el silencio es el Señor
en ésta tarde campera
y yo regreso a mi casa
cansado aunque a buen paso,
perdido en mis pensamientos
soñando cosas hermosas
(paz,amor y sobresalto...).
En el silencio agreste
la tarde se va enfriando y
una tristeza me inunda
cuando la vista echo atrás,
me alejo ya más y más
de las cumbres y ahora
se encienden las luces
abajo,
en los pueblos cercanos...
Regreso de las montañas
a sumergirme en el mundo
y un dolor me traspasa,
otra vez,sí,
a pelearse en éste absurdo teatro,
el ir y venir de las gentes,
qué hastío profundo:
por qué me hiciste así,Señor,
por qué me diste conciencia
pues sufro.

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