Yo te pido por diós, Baudelaire, que no me toques,no me manches...
No me enseñes el balano negro ni los pezones agrios, no me provoques
la náusea con el olor a podredumbre de las heces,el semen y la sangre.
De las putas sólo quiero el oro de sus ropajes y la risa amable,
el canto alegre de las copas llenas,los brillos del maquillaje...
Cuando la bolsa está llena y el deseo no tiene prisa,no atormentes
mi alma con el rijoso quejido de las putas viejas y su ajada "madre".
Déjame a solas con mi hipocresía,que no hay chulos,que no hay hambre...
¡Ja,ja,ja!,oigo tu risa cínica, escurrirse por los andurriales y las
niñas pobres se miran en falsos espejos,sueñan paraísos fantasmales...
Yo te pido por diós,Baudelaire, que no hagas rotos en mi conciencia y
dejes que fluya el deseo bastardo,la falsa alegría,la falsa juerga...
Yo te pido por diós,Baudelaire,que no descubras el vacío,el gran asco,ya
vendrá luego la mañana,con la resaca y las luces mezquinas...ya vendrá
luego la muerte,como un chancro,como una mancha negra...
Creo que aquí te has superado. Me encanta.
ResponderEliminarGracias,Julieta,yo escribo con el corazón y las entrañas,como si me fuera en ello la vida.
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